¿Qué es un tasador inmobiliario?

Las funciones de un tasador inmobiliario en España incluyen:

• Inspección y evaluación de propiedades. Realiza visitas presenciales para evaluar características clave como el tamaño, estado de conservación, ubicación y características especiales.
• Análisis del mercado. Recopila y estudia datos relevantes, como precios de ventas comparables, tendencias del mercado y factores económicos.
• Elaboración de informes de valoración. Aplica métodos de valoración reconocidos para calcular el valor del inmueble y presenta informes detallados que sirven como referencia para clientes e instituciones financieras.

Para trabajar como tasador inmobiliario en España, es imprescindible contar con la formación adecuada, experiencia profesional y certificación específica. Si estás interesado en seguir esta carrera, aquí te explicamos qué estudios se necesitan para ser tasador inmobiliario:

Formación académica

El primer paso para convertirte en tasador homologado es obtener una formación académica adecuada. Aunque no hay un título específico para tasadores, es recomendable contar con una titulación en áreas relacionadas, como:

• Arquitectura o arquitectura técnica
• Ingeniería
• Economía
• Administración de Empresas
• Derecho

Además, existen programas de máster y cursos especializados en tasación inmobiliaria, que pueden proporcionarte conocimientos específicos sobre el mercado, técnicas de valoración y normativas aplicables. Es fundamental estar al tanto de las normativas y regulaciones que rigen la tasación en España. Esto incluye conocer la Ley de Ordenación de la Edificación, la Orden ECO/805/2003, de 27 de marzo, sobre normas de valoración de bienes inmuebles y de determinados derechos para ciertas finalidades financieras, y demás normativa y códigos éticos sobre valoración de bienes inmuebles y las directrices del Banco de España.

Experiencia del tasador

La experiencia es un componente clave en la carrera de un tasador de inmuebles. Es recomendable trabajar en el sector inmobiliario, ya sea en agencias, empresas de tasación o en el ámbito de la construcción. Esta experiencia te permitirá familiarizarte con el mercado, las propiedades y los diferentes métodos de valoración.

Habilidades y competencias clave

Un buen tasador de bienes inmuebles debe desarrollar una serie de habilidades y competencias que le permitan desempeñar su trabajo de manera eficiente y precisa:

• Habilidades analíticas y de investigación. Es imprescindible contar con un pensamiento crítico y analítico para procesar información compleja y diversa, como datos de mercado, características de las propiedades y tendencias económicas.
• Conocimientos técnicos. Comprender las técnicas de construcción, el estado de las infraestructuras y los materiales utilizados es clave para evaluar correctamente una propiedad.
• Análisis financiero y económico. La capacidad de interpretar datos económicos y realizar análisis financieros resulta crucial para entender el mercado inmobiliario y determinar el valor de los inmuebles.
• Conocimientos jurídicos. Un tasador debe estar familiarizado con las leyes urbanísticas, la normativa vigente y los procedimientos legales relacionados con la compraventa y valoración de bienes inmuebles.
• Habilidades de comunicación. Saber redactar informes claros y precisos y comunicar los resultados de la tasación de forma efectiva a clientes, entidades financieras o judiciales es fundamental para garantizar la comprensión y fiabilidad del trabajo realizado.

Para formar parte de una sociedad de tasación, un tasador debe tener la titulación académica requerida según las normativas correspondientes a cada tipo de tasación. Estas sociedades operan bajo rigurosos códigos éticos y de supervisión, además de ofrecer programas de formación continua, herramientas informáticas y bases de datos que proporcionan a sus profesionales una gran credibilidad al emitir sus valoraciones.

En España, no son los tasadores individuales los que están homologados, sino las sociedades de tasación que los emplean, las cuales son aprobadas, homologadas y supervisadas por el Banco de España. Esto les permite generar informes para ciertos propósitos.

Para ser un tasador homologado en España es necesario obtener la certificación de una entidad reconocida. Un tasador homologado es un profesional certificado por una sociedad de tasación homologada, que puede realizar tasaciones de garantía hipotecaria y financieras reguladas (Reguladas por la norma ECO).

La Asociación Española de Análisis de Valor (AEV) y el Colegio de Registradores de España son algunas de las instituciones que ofrecen programas de certificación. Los requisitos pueden variar, pero generalmente incluyen:

• Formación específica en tasación. Completar un curso o programa de formación que cubra los aspectos técnicos y legales de la tasación.
• Examen de certificación. Aprobar un examen que evalúe tus conocimientos y habilidades en tasación inmobiliaria.
• Experiencia práctica. Demostrar un número mínimo de horas de experiencia en tasaciones bajo la supervisión de un tasador homologado.

Las normativas que regulan la tasación y valoración en España surgieron tras la aprobación, en 1981, de la Ley de Mercado Hipotecario. Esta legislación fue creada para establecer un sistema eficiente que permitiera a los bancos refinanciarse mediante la titulización, es decir, la venta de derechos de deuda de sus préstamos hipotecarios.

Como resultado, se les permitió emitir Cédulas Hipotecarias, que son bonos que pueden ser comprados por diversos tipos de inversores, incluyendo instituciones, empresas y particulares. Estos inversores, por lo tanto, no participaban directamente ni conocían los pormenores de las transacciones de compra e hipoteca de los bienes que respaldaban sus bonos; su confianza se basaba en la suposición de que los activos garantizaban el valor por el que habían sido hipotecados.

Para fomentar esta confianza y proteger los intereses económicos de los inversores, se establecieron regulaciones sobre quién podía realizar las valoraciones de los inmuebles y cómo debían llevarse a cabo, asegurando así su calidad y objetividad. En este sentido, el Real Decreto 775/1997 determinó que las valoraciones hipotecarias debían ser realizadas por profesionales cualificados, como arquitectos e ingenieros, y que debían someterse a un control de calidad. Para llevar a cabo esta revisión, que es responsabilidad del Banco de España, se introdujo la figura de las sociedades de tasación, que realizan esta labor de manera subsidiaria y deben estar homologadas y sometidas a inspecciones regulares por parte del Banco de España. Una vez que estas entidades obtienen la autorización para operar en este ámbito, se les asigna un código y se registran en un listado accesible públicamente en la página web del Banco de España.

El mercado hipotecario es uno de los componentes más relevantes del sistema financiero, ya que tiene un impacto significativo en la estabilidad económica y financiera a nivel macro. Su funcionamiento es crucial para la financiación de la vivienda, que representa aproximadamente dos tercios del valor total de la riqueza de los hogares en España, influyendo en sus decisiones de consumo e inversión. Además, el crédito hipotecario juega un papel importante en los balances de las entidades financieras, constituyendo más de la mitad del total del crédito otorgado al sector privado residente. Por lo tanto, este sector requiere un comportamiento muy riguroso por parte de todos los actores involucrados, lo que justifica la necesidad de contar con una homologación para poder realizar actividades de valoración.