Un estudio reciente realizado por investigadores del Instituto de Tecnología de Massachusetts (MIT, por sus siglas en inglés) y publicado en Nature Human Behaviour, afirma que la contaminación del aire en las ciudades también reduce los niveles de felicidad de sus habitantes y puede afectar a la toma de decisiones, además de afectar a la salud y causar muertes prematuras.
La investigación se llevó a cabo en China, país en el que la contaminación cuesta 38.000 millones de euros y causa millones de muertes anuales.
Los investigadores quisieron determinar por qué en un país en el que el ritmo de crecimiento económico anual ronda el 8%, los niveles de satisfacción de la población no han aumentado tanto.
Entre sus causas se encuentran unos servicios públicos deficientes, precios inmobiliarios, preocupación por la seguridad alimentaria y la elevada contaminación del aire como sospechaba el investigador del MIT y líder del estudio Siqi Zheng.
Estudios anteriores ya mostraban que la contaminación atmosférica afecta a la salud, al rendimiento cognitivo, resultados académicos de los escolares y a la productividad laboral, pero Zheng pensaba que también tiene impacto en la vida social de las personas y en su comportamiento.
Para averiguarlo, los investigadores del MIT analizaron la información sobre la contaminación diaria comunicada por el Ministerio chino de Protección Ambiental comparando con 210 millones de tuits publicados entre marzo y noviembre de 2014.
Hasta entonces, los niveles de felicidad se medían a través de encuestas, pero los investigadores consideran que este método sólo ofrecía una visión puntual de cada encuestado. «Las redes sociales son una medida a tiempo real de la felicidad de la gente y también proporcionan una gran cantidad de datos de diferentes ciudades», sostiene Zheng. Los tuits fueron analizados según un algoritmo que evaluaba el índice de felicidad de cada uno de ellos con una puntuación de 0 a 100.
Al relacionarlos con los niveles de contaminación, los resultados mostraron que durante los días que el aire presentaba mayor concentración de contaminantes, los niveles de felicidad de las publicaciones en las redes sociales era menor.
El estudio determinó además que en los días de mayores niveles de contaminación del aire, las personas eran más propensas a tener comportamientos impulsivos y arriesgados «posiblemente como resultado de la depresión y la ansiedad a corto plazo», según Zheng, quien afirma que «la contaminación también tiene un coste emocional. La gente es infeliz, y eso significa que pueden tomar decisiones irracionales, algo que, afecta más a las mujeres que a los hombres”, concluye.
Vistos los resultados del estudio en el país asiático, crear una hipoteca europea verde o de eficiencia energética para incentivar a los prestatarios a mejorar la eficiencia energética de sus propiedades o adquirir nuevas con una alta eficiencia energética es fundamental para mejorar ya no solo la salud de los ciudadanos, sino su calidad de vida y emocional.
De acuerdo con los datos existentes sobre sostenibilidad y construcción, se puede establecer que los edificios sostenibles superan en rendimiento y eficiencia energética a los edificios de construcción tradicional. Sin embargo, la percepción generalizada de que el coste de la construcción sostenible es más elevado que el de la construcción tradicional ha supuesto un obstáculo para el avance de este sector en la dirección de la sostenibilidad.
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